�Retenciones, control
estatal de las exportaciones (monopolio de la Junta Nacional de
Granos) o reino del 'mercado'?
La actitud de los se�ores
due�os de la tierra de la Argentina no deja de sorprender
por su reiterada e inveterada audacia en la defensa de sus bolsillos,
con una hipocres�a digna de los mejores falsarios de la historia.
El aumento gradual de las retenciones y en particular las correspondientes
a la soja ha disparado a la 'lucha' a la sempiterna antisolidaria
oligarqu�a terrateniente nacida en nuestro pa�s. La
acompa�a una vez m�s la desorientada Federaci�n
Agraria Argentina, que hace a�os no se atreve a separase
de los oligarcas y hacer un planteo digno de reclamo de tierras,
de l�mites a la extensi�n de los latifundios, de cese
y recuperaci�n de las enormes cantidades de tierras extranjerizadas
y de cambio general de la pol�tica agropecuaria. Durante
el largo ciclo de la convertibilidad y de la expansi�n de
la sojizaci�n, la FAA mir� para otro lado, dejando
hacer al 'mercado' y al modelo neoliberal que se carg� casi
300.000 productores peque�os y medianos, la mayor�a
de ellos afiliados a ella. Hace apenas poco tiempo se atrevi�
a cuestionar los lineamientos de la Argentina sojera perge�ada
por Henry Kissinger, el grupo Perriaux, la SRA, AAPRESID, Cargill,
Monsanto, Dreyfus, la FAUBA, Clar�n Rural, Urqu�a
y dem�s demiurgos de la recolonizaci�n nacional. De
tal manera, el tr�nsito de la Argentina industrial tecnol�gica
y cient�fica existente entre 1945 a 1989, a la Argentina
factor�a agro-exportadora actual, cont� -luego de
la Marcha Federal de 1994- con la mirada complaciente de la FAA.
Esta pol�tica permiti� la devastaci�n de los
peque�os y medianos productores y el tr�nsito de una
producci�n centrada en el desarrollo de alimentos en gran
cantidad y de gran calidad, hacia un 'campo' que produce forraje
barato -'pasto soja'- para vender
a China, India y la UE subsidiando de tal forma la industrializaci�n
de estos pa�ses a costa de nuestra industrializaci�n,
nuestra producci�n lechera, ganadera, porcina, frutal, hort�cola,
ovina y regional. Se repite el modelo de siempre en el campo, donde
la SRA -la vieja oligarqu�a terrateniente- se opone a cualquier
control por parte del Estado de su tasa de ganancia lograda a costa
del esfuerzo de toda la naci�n y en particular, mediante
el monopolio absoluto de la renta agraria por su dominio total sobre
las tierras existentes en la naci�n. Lo reiteramos una vez
m�s, oligarqu�a terrateniente implica por ejemplo
que 6900 propietarios (familias, empresas
o empresas-familias) sean due�as del 49.7 % de la superficie
cultivable y productiva del pa�s, o que seg�n
el Censo Agropecuario de 2002, 936 terratenientes
poseen 35.515.000 Has (casi toda la superficie en cultivo), un promedio
de 38.000 has c/u. Por el contrario 137.021 agricultores poseen
s�lo 2.288.000 has, con un promedio de 16.7 has c/u. (2)(pag158)
En 1966 pose�amos m�s de 600.000 productores agropecuarios,
hoy s�lo restan 330.000, de tal forma la oligarqu�a
terrateniente recuper� con creces las tierras que Per�n
hab�a obligado a venderles a los chacareros arrendatarios
a trav�s del 1� y 2� Plan Quinquenal. En lugar
de enfrentar a la SRA y CARBAP, denunciando la concentraci�n
y brutal extranjerizaci�n de la tierra, unidas a la destrucci�n
de un modelo soberano de producci�n de alimentos y su reemplazo
por un modelo factor�a productor de forrajes baratos para
la exportaci�n, la Federaci�n Agraria Argentina se
une a los terratenientes y multinacionales granarias que se adue�an
hoy de la renta agraria en lucha contra las retenciones. Renta con
la que, conviene recordar, junto a la petrolera, el peronismo industrializ�
la naci�n entre 1945 y 1955. Por supuesto que las retenciones
son s�lo una medida frente a la necesidad de articular un
Plan Nacional de Desarrollo Agropecuario, que debe obligatoriamente
incluir la restituci�n de las Juntas Nacionales de Granos
y de Carnes, la nacionalizaci�n del comercio exterior en
ambos rubros, pol�ticas que permitan el acceso democr�tico,
barato y con cr�ditos de largo aliento a la tierra para volver
a tener cientos de miles de productores, repoblar el pa�s
y reconstruir la soberan�a alimentaria y las econom�as
regionales. Tambi�n deben estar acompa�adas de subsidios,
pol�ticas de reforestaci�n de la superficie devastada
por la sojizaci�n, de pol�ticas de saneamiento de
�reas infectadas por millones de litros de agrot�xicos
y transg�nicos, y de devoluci�n de las cientos de
miles de hect�reas robadas a los pueblos originarios en las
�ltimas d�cadas. La correcta pol�tica de retenciones
graduales -primera medida seria tomada contra la sojizaci�n-,
se debe acompa�ar tambi�n de cr�ditos y subsidios
amplios para las actividades afectadas por el monocultivo sojero,
tales como la lecher�a, la ganader�a, la horticultura,
la fruticultura, la forestaci�n y dem�s actividades
afectadas. Pero sin duda alguna -pese a los gritos exasperados
del lobby monsantiano, cargilliano y terrateniente-, es una mejora
neta respecto de la pol�tica seguida hasta ahora y por supuesto
mucho mejor, que 'dejar todo al sector privado' como proponen los
due�os de la tierra, desde siempre, apoyados por Macri, Carri�,
L�pez Murphy, el menemismo, el cavallismo y el delasotismo.
Salir de la sojizaci�n
Pero tal vez, el dato m�s importante de las medidas anunciadas
por el Ministro Losteau se refieran a que por primera vez desde
la legalizaci�n ilegal de la soja RR en 1995, el gobierno
ha decidido tomar medidas que desalientan la expansi�n del
monocultivo de soja transg�nica forrajera. Y ese es un hecho
importante que saludamos. Que una medida tan importante, haya sido
tomada en simult�neo con la descarada entrega de los yacimientos
petroleros de la Cuenca del Golfo de San Jorge, por parte de la
ultarkirchnerista provincia de Santa Cruz, habla a las claras, de
la perversidad del modelo econ�mico vigente en nuestro pa�s,
y de la estrecha relaci�n del gobierno con las multinacionales
y su doble discurso permanente. Pero en el tema de la sojizaci�n
por primera vez desde 1995, se adopta una medida que desalienta
el avance descontrolado del peque�o -y devastador- poroto.
Esto es as� pese a los previsibles gritos polic�acos
del Ing H�ctor Huergo que, en un ejercicio extra�o
del pensamiento econ�mico y agron�mico, nos amenaza
con que el abandono de la 'sojizaci�n' nos devolver�a
a la 'edad media'. El descaro
de los demiurgos de la colonizaci�n cultural -a su
vez empleados de Monsanto y Kissinger- no tiene l�mites.
Una medida como el aumento diferencial de las retenciones -reclamada
por quien esto escribe durante varios a�os- no s�lo
no nos devuelve a la 'edad media',
sino que por el contrario, nos alejar�a de la 'edad
media' en que nos sumiera la desindustrializaci�n
y el retorno a la naci�n agro-exportadora. Es decir exactamente
al rev�s de lo que Huergo vomita desde Clar�n Rural.
El aumento diferencial de las retenciones -a falta de nacionalizaci�n
del comercio exterior de granos- permite disponer de fondos para
alentar otras actividades econ�micas, tales como la reindustrializaci�n
del pa�s u otras actividades agropecuarias que requieren
de mayor valor agregado, mayor aporte de capital y utilizan mayor
cantidad de mano de obra. Por el contrario como ya explic�ramos
reiteradamente en otros art�culos, impulsar la sojizaci�n
depreda la mano de obra y la peque�a y mediana producci�n,
adem�s de devastar al ecosistema y a la salud humana. Lo
reiteramos una vez m�s: el sistema
de la SD-sojaRR-herbicida glifosato, destruye 4 de cada 5 puestos
de trabajo existentes y s�lo crea un puesto de trabajo cada
500-600 has, siendo s�lo viables y autosuficientes para este
sistema, las explotaciones que superan las 500 has seg�n
la regi�n agroecol�gica. Por el contrario
la econom�a familiar genera 35 puestos
de trabajo genuinos por cada 100has. Pero el gobierno debe
saber que salir de la sojizaci�n implica antes que nada,
redistribuir la tierra y repoblar el territorio nacional devastado
por el peque�o poroto. En el colmo del descaro y la desinformaci�n
agron�mica se dice: 'le
explico si me permite(...) las vacas no hacen fotos�ntesis
(sic!!) una hect�rea de ma�z con la tecnolog�a
actual produce 10.000 kilos de grano. Un novillo encerrado en un
corral convierte 7 kilos de ma�z en uno de carne. Por lo
tanto una hect�rea de ma�z da 1500 kilos de carne.'(1)
�Y la sojizaci�n, amigo Huergo donde est�?
El viejo m�todo goebbelliano de 'miente,
miente, miente, que algo quedar�' sigue siendo el
arma preferida del poder multinacional. Esto es en parte cierto
para el ma�z, pero no para la soja que se exporta toda (99%
de la producci�n) sin ning�n otro agregado que el
hacerla aceite o harina y casi sin producir un solo kilo de carne,
como s� hacen Brasil (segundo productor mundial de carne)
o Chile (en este caso con la soja que nos compra). De all�
que las retenciones diferenciadas planteadas por Lousteau, estimulen
al ma�z y al trigo en contra de la soja, pero esto afecta
a Monsanto-Cargill y por supuesto a las comisiones que cobran sus
propagandistas y agentes. En segundo lugar, la carne que hac�amos
'criada a campo' (la 'edad media'
para Huergo) era sin dudas la mejor carne del mundo ya que el animal
se criaba en libertad, eleg�a lo que quer�a comer,
se mov�a y se criaba naturalmente, produciendo un tipo especial
de carne que nos caracteriza en el mundo. Hoy, en un planeta acorralado
por la crisis ambiental global, esa carne tiene un valor agregado
extra. Si decidi�ramos un plan nacional de producci�n
de carne de primera calidad en praderas, recuperar�amos nuestro
lugar en el mercado mundial, obteniendo grandes beneficios econ�micos,
sociales y ecol�gicos. La ganader�a genera muchos
m�s puesto de trabajo que la devastaci�n sojera y
muchos m�s aun, si se estimulara el surgimiento de un gran
n�mero de peque�os productores. Por otra parte, lo
que Huergo llama 'novillo a corral' es el famoso feed-lot
o 'corral de engorde' que, a diferencia del animal criado
en pradera produce carne chatarra o carne
basura. Carne repleta de antibi�ticos, hormonas, reguladores
de crecimiento, agrot�xicos de todo tipo, etc., etc. Sabr�
Huergo �que la Argentina, no s�lo
es la primera en el mundo en muertes de tr�nsito -debido
en primer lugar a la destrucci�n ferroviaria sin cuya desaparici�n
no habr�a sido posible la sojizaci�n- sino tambi�n
es en la actualidad, el pa�s con mayor tasa de c�ncer
en su poblaci�n? �No se le habr� ocurrido
al se�or Huergo pensar que tama�a tragedia tiene algo
que ver con la terrible contaminaci�n por agrot�xicos
que ha provocado la sojizaci�n y su consecuencia directa
el feed-lot?. Este proceso afecta lo que respiramos, lo que bebemos
y lo que comemos. Claro, es probable que este �ltimo argumento
suene demasiado complejo para la l�gica 'simple' de la 'mayor
tasa de ganancia en el menor tiempo y con cualquier costo ambiental
y social -total no lo pagamos-' que utiliza nuestra
sempiterna parasitaria y est�ril oligarqu�a terrateniente.
Pese a lo que dice Huergo, la soja no s�lo no crea pueblos
sino que los devasta y los liquida, como puede verse en las miles
de taperas que pueblan hoy nuestro campo y los m�s de 1200
pueblos abandonados. No s�lo no nos saca
de la edad media, sino que nos devuelve a ella como lo prueban
las actuales inundaciones de Salta y Jujuy -y las anteriores
de Salta y Santa Fe y las que vendr�n-consecuencia directa
de la deforestaci�n y la Siembra Directa.
La 'pobreza' del 'campo' de ellos
Por �ltimo, de �qu� paro del campo hablamos?.
En todo el pa�s s�lo restan 330.000 explotaciones,
las que s�lo emplean a 310.000 trabajadores en blanco que
ganan alrededor de 1200$ mensuales, mientras hay algo m�s
de 700.000 trabajadores en negro que viven miserablemente y trabajan
s�lo un per�odo del a�o gracias al 'poroto
m�gico'. Ambos sectores pr�cticamente se han visto
imposibilitados de defender sus derechos ante el achicamiento descomunal
de las fuentes de trabajo que ha producido la sojizaci�n
y la numerosa destrucci�n de establecimientos que la acompa�aron.
El nivel de ingresos del sector que ejerce el control sobre la propiedad
de la tierra y por ende de la producci�n, es escandaloso
y como siempre suntuario. Ya en la campa�a
2004-2005 los propietarios de la regi�n pampeana, en el centro
del proceso de la sojizaci�n, recibieron en concepto de Renta
Terrateniente o renta de la tierra por el arrendamiento de las mejores
tierras del mundo, la suma de algo m�s de 3000.000.000 de
U$S, m�s de 10.000 millones de pesos. (2) Es decir
una masa sideral de dinero sin invertir ni arriesgar un solo peso.
En la actualidad esas cifras son mucho mayores, ya que hoy una hect�rea
en la zona sojizada de Buenos Aires, C�rdoba, Santa Fe o
Entre R�os se vende a raz�n
de entre 15.000 a 20.000 USS y se arrienda -para hacer soja- a raz�n
de 20 Quintales la Ha, es decir unos 600 USS/ha. (3) Para dar un
ejemplo, s�lo por arrendar 300 has el propietario recibe
un ingreso par�sito (sin invertir ni arriesgar un solo peso)
de 180.000 USS o unos 570.000 pesos por ciclo sojero. Esa
descomunal masa de dinero, imposible de obtener en cualquier otra
actividad productiva -y ese es el dise�o multinacional para
paralizar nuestra reindustrializaci�n- no se destina a mano
de obra, ni inversiones productivas, a excepci�n de algunas
cosechadoras o maquinarias importadas de alt�simo costo y
muchas veces renovadas innecesariamente, s�lo por poseer
la m�quina '0 km'. S� se invierte, en varias camionetas
4x4 por familia (hasta 6-7 en algunas), en casas suntuarias, en
edificios de renta y en 'gatos finos' que ahora hacen su aparici�n
en las localidades de la cuenca sojera, para benepl�cito
de los productores. Por el contrario los capataces son echados,
indemnizados y transformados en contratistas cuentapropistas con
lo cual el terrateniente dispone de las labores sin arriesgar un
solo peso, sin incluir costo social alguno y sin tener que poseer
un parque de herramientas de alto costo y nivel de mantenimiento,
que lo obligar�a a tener mano de obra permanente. S�
a eso se suma que la mayor�a no paga impuestos o lo hace
por actividad ganadera y no agr�cola, con tasas irrisorias
de impuesto inmobiliario, y que las multinacionales exportadoras
pagan impuestos en funci�n de declaraci�n jurada,
se comprender� que la sojizaci�n deja muy poca riqueza
real, valor agregado productivo en la sociedad argentina. A su vez
los trabajadores rurales son echados sin indemnizaci�n y
contratados en negro cuando se los necesita, muy poco tiempo por
cierto. El hecho que las dos terceras partes de los trabajadores
vinculados a la sojizaci�n trabajen en negro, tiene que ver
a su vez con las necesidades un negocio que evade impuestos o se
realiza mayoritariamente en negro.(4) De all� la necesidad
casi imperiosa para la econom�a nacional, de apropiarse de
esa renta suntuaria e ileg�tima en beneficio de la naci�n.
�Qu� har� el gobierno con esa renta?, es otra
discusi�n, que no afecta el valor macroecon�mico de
la medida tomada. Como vemos, poco ha cambiado en la relaci�n
de la naci�n con la vieja oligarqu�a terrateniente,
ahora asociada a algunos pools empresarios. Ella sigue all�
y tan poderosa como siempre, pese a que la se�ora Carri�
y algunos medios interesados -y asociados a ella- digan que ya no
existe. La oligarqu�a una vez m�s, usa su poder econ�mico
contra el pueblo y la naci�n, reclamando quedarse con la
totalidad de los precios internacionales para sus productos en el
mercado interno, lo que supone, y ellos lo saben, el hambre para
el pueblo y la castraci�n de la naci�n, como lo hizo
siempre. Sigue siendo como se�alara el maestro Hern�ndez
Arregui, que para la SRA, 'esa clase est�ril
e infecunda, siempre que el pueblo comi� vio demagogia.'
1.- Huergo H�ctor Clar�n Rural, 15-3-08
2- Pengue Walter, Agricultura Industrial y Transnacionalizaci�n
en Am�rica Latina. Red de Formaci�n Ambiental. M�xico
2005
3.- Clar�n Rural 15-3-08, pag28
4.- Zaiat Alfredo, P�gina 12, 15-3-08
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