ALBERTO PARISÍ

Filosofía y Dialéctica

TEMAS
FILOSOFÍA Y LIBERACIÓN LATINOAMERICANA
EDITORIAL EDICOL / MÉXICO

 

 


1. Exposición sobre la forma y desarrollo del método dialéctico del pensar

1.1 Introducción

            El presente capítulo tiene como objetivo la exposición de la forma más general del método dialéctico del pensar, y su desarrollo, partiendo del texto tal vez más explícito de Marx sobre la cuestión metodológica: la "Introducción” a la Contribución a la crítica de la economía política (1857).

            Comenzaremos nuestra exposición partiendo del propio texto,  pero reordenándolo temáticamente, lo cual implicará la ruptura de la "letra" del texto, a la luz de su contexto. Esto es: haremos que el texto "hable" en función del sentido más general de su contexto y de otros textos metodológicos marxistas.

            El segundo paso consistirá en una ' 'primera aproximación al discurso de Marx" acerca de la base del texto inicial.

            Finalmente, ahondaremos en las premisas iniciales, desarrollando ulteriores consecuencias.

            Evidentemente que una serie de afirmaciones que aquí efectuemos no podrán hallar su justificación en el margen de este capítulo; por ello, la comprensión cabal de lo expuesto en el presente, hallará un horizonte más amplio en los dos siguientes.

1.2 Propuesta del discurso de Marx

 1.2.1. "Parece lo correcto comenzar por lo que hay de concreto y real en los datos".

1.2.2. Así cuando estudiamos un país determinado desde el punto de vista de la economía política, comenzamos por su población, la división de esta en clases, su establecimiento en las ciudades, en los campos, a orillas del mar; las distintas ramas de la producción, la exportación y la importación, la producción y el consumo anuales, los precios de las mercancías, etc."

1.2.3. "Pero bien mirado, este método sería falso. La población [que 'en economía es  considerada base y sujeto de todo el acto social de la producción'] es una abstracción si deja a un lado las clases de que se compone. Estas clases son a su vez una palabra sin sentido si ignoro los elementos sobre los cuales reposan, es decir, el trabajo asalariado, el capital, etc. El capital, por ejemplo, no es nada sin trabajo asalariado, sin valor, dinero, precios, etc."

1.2.4.  "Si comenzase, pues, por la población, resultaría una representación caótica del todo [...]".

1.2.5. "En este método [el expuesto  en 1.2.2], la representación plena se volatiliza en la abstracta determinación".

1.2.6. "Para que el método sea correcto [...], llegados a este punto [las 'determinaciones abstractas' mencionadas en 1.2.4 y 1.2.5] habría que volver a hacer el viaje a la inversa, hasta dar de nuevo con la población, pero esta vez no con una representación caótica de un todo, sino con una rica totalidad de determinaciones y relaciones diversas"

1.2.7. Este ''último método es manifiestamente el método científicamente exacto".       

1.2.8. ¿Por qué?, porque "lo concreto es concreto porque es la síntesis de muchas determinaciones, es decir, unidad de lo diverso".

1.2.9. Este método "consiste en elevarse de lo abstracto a lo concreto [y] no es sino la manera de proceder del pensamiento para apropiarse lo concreto, para reproducir lo mentalmente como cosa concreta".

1.2.10. "Por eso lo concreto aparece en el pensamiento como el proceso de la síntesis, no como punto de partida, aunque sea el verdadero punto de partida, y por consiguiente, el punto de partida también de la percepción y de la representación1.

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1.3 Primera aproximación al discurso marxista

1.3.1. En 1.2.1 se establece el principio genérico de que el método correcto debe comenzar por lo concreto y real de los datos. El hipotético "parece" que se debe a que en 1.2.2 se analizará una forma histórica de comenzar por lo "concreto" (la de los economistas del siglo XVII), que de inmediato será puesta en tela de juicio.

1.3.2. En 1.2.2 se presenta abreviadamente el modo de proceder metódico de los economistas del siglo XVII, que podríamos denominar "analítico abstracto". En efecto, en tales análisis se procederá a investigar hasta las mas sutiles determinaciones de una realidad, lográndose una especie de balance ordenado de notas,  pero de ningún modo se habrá alcanzado lo real.  Marx afirma que se encontrarán con una "representación caótica del todo", pero el todo, en su orgánica riqueza de determinaciones, estará ausente.

1.3.3. ¿Cómo procede este método que hemos denominado "analítico-abstracto"? parte de un sujeto (así, en economía politica, parte de la población, considerada el sujeto del acto social), y efectúa una especie de deducción de notas,   hasta llegar a  "las  más  sutiles determinaciones". Así, al analizar la población, comienza a deducir notas: la división de ésta en clases, el asentamiento de éstas en diversos lugares, la producción a la que están abocadas, etc., etc.

            ¿Qué dice Marx a esto? hace ver cómo el mero proceso deductivo de determinaciones (en "linea ascendente") no capta la organicidad de lo real, y deja escapar justamente su "concretidad"; ¿por qué? porque por ejemplo: si hablo o parto de la población. y digo que esta dividida en clases, tal determinación deviene abstracta si no logro visualizar el contenido concreto sobre el cual reposa la división clasista de la población, es decir, trabajo asalariado y capital. Pero esta misma determinación {trabajo asalariado y capital) devendría ella misma abstracta, si a su vez soy incapaz de determinar el contenido concreto en la que se halla realizada, es decir, valor, dinero, precios, etc.

1.3.4.  Vale decir  que la búsqueda del punto de partida del método, es decir, lo concreto y real, no puede vehiculizarse a través de un proceso analítico-deductivo-lineal, porque a lo sumo alcanzaremos lo que Marx llama  "una representación  caótica del todo".  El todo-orgánico-viviente que el  pensamiento  pretendía  abordar  y adquirir,  se ha volatilizado  en  "abstractas y sutiles  determinaciones".

          Si tuviéramos que usar una figura para ejemplificar el movimiento de la búsqueda teórica de lo real, deberíamos utilizar la imagen de un "ascenso en espiral". En efecto: esta imagen nos permite apreciar cómo, al abordar un aspecto del dato inicial, deberemos retornar al mismo, pero desde otra perspectiva, que enriquezca la inicial percepción; y a su vez, al efectuar ese nuevo retorno (y todos los que debamos realizar), estaremos simultáneamente más lejos y más cerca del dato primitivo, a través de una perspectiva que cuantitativa y cualitativamente está siempre en crecimiento.

1.3.5. Este permanente movimiento de acercamiento-alejamiento-acercamiento al dato que se investiga (que consiste en "penetrar" el dato, pero a su vez, que exige no "perderse" en el mismo, saber retirarse para percibirlo en unidad orgánica con los demás elementos de su contorno; y nuevamente volver otra vez al dato, pero en el horizonte de una perspectiva renovadamente enriquecida), Marx lo ejemplifica en la imagen de un "viaje de regreso". Este consiste en "reconquistar" la unidad orgánica del todo, volviendo desde aque-

llas determinaciones sutiles (y abstractas) a las que había llegado el método de los economistas del siglo XVII. Marx atribuye parte de este acierto a los economistas del siglo XVIII, quienes supieron aprovecharse de las investigaciones "abstractas" de sus antecesores, incluyéndolas en un nuevo movimiento de retotalizaci6n sintética.

1.3.6. De ninguna manera podría concluirse que Marx piensa que el método "científicamente correcto" sea el que conjugue, sin más, ambos movimientos: el "ascenso" hasta las determinaciones abstractas, más el "descenso" retotalizante. Esta ocurrencia ecléctica definitivamente está fuera de los textos y contexto marxistas.

         El método “científicamente correcto” es aquel que en un solo movimiento investigativo conjuga simultáneamente la destotalización analítica y la retotalización sintética, en cada uno de sus momentos e instancias. De esta forma, el método puede acceder a lo concreto y real, "pero esta vez no con una representación caótica de un todo, sino con una rica totalidad de determinaciones y relaciones diversas".

1.3.7. Marx afirmó en 1.2.1 que lo concreto es el punto de partida. Pero hará dos afirmaciones, aparentemente contradictorias (en 1.2.8 y 1.2.10):

         Por un lado: "lo concreto es concreto, porque es la síntesis de muchas determinaciones".   Por otro: "[...] lo concreto aparece en el pensamiento como el proceso de la síntesis, como resultado, no como punto de partida aunque sea el verdadero punto de partida y, por consiguiente, el punto de partida también de la percepción y de la representación".

         De acuerdo a esto, tendríamos la siguiente secuencia de afirmaciones:

- lo concreto es (debe ser), punto de partida;
- lo concreto es síntesis, resultado, no (como) punto de partida;
- lo concreto es, en realidad, el verdadero punto de partida;
- lo concreto es punto de partida de la percepción y representación;
- el método (correcto) consiste en elevarse de lo abstracto a lo concreto.

1.3.8. Esta secuencia de afirmaciones nos lleva a plantear algunos interrogantes de fondo, cuya respuesta consistirá en elaborar una "segunda aproximación al discurso marxista", en el pr6ximo apartado. Los interrogantes son los siguientes:

            -¿Qué se entiende por punto de partida (del método),   en relación a lo cual se dice que lo concreto es y no es punto de partida?

            -¿Qué se entiende por eso de que lo concreto también es punto de partida de la percepción y la representación?

            -¿Qué quiere significar que el método consiste en "elevarse de lo abstracto a lo concreto"?

            -Finalmente:  ¿desde dónde parte ese  "elevarse",  y en que consiste exactamente?

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1.4 Segunda aproximación al discurso marxista

            Para introducirnos en la tarea que el epígrafe señala, comencemos retomando los interrogantes finales del punto anterior.

1.4.1. ¿Qué se entiende por "punto de partida"? Es evidente que en el texto de la "Introducción", la frase "punto de partida" esta tomada en una doble significación. Ahora bien, podría uno creer que esta ambivalencia responde a la conocida distinción que Marx estableció entre proceso de investigación y proceso de exposición, en el "Epílogo" a la segunda edición alemana de El Capital. Allí se dice: "Ciertamente, el procedimiento de investigación debe diferenciarse, por la forma, del de exposición". A continuación, postulará que "la exposición del movimiento real" de lo concreto só1o puede efectuarse precedida por la investigación, que así describe:  "[ésta] debe captar con todo detalle el material, analizar sus diversas formas de desarrollo y descubrir la ligazón interna de éstas". Podría creerse -repetimos- que uno es el punto de partida de la investigación (lo abstracto), y otro el de la exposición (lo concreto). Pero en realidad, "investigación" y "exposición" son dos momentos internos al discurso dialéctico, lo cual es en realidad nuestro problema 2.

            La cuestión es ésta: ¿en qué sentido se dice que lo concreto es el punto de partida del discurso dialéctico, y en qué sentido se afirma que este consiste en "elevarse de lo abstracto a lo concreto?, y asimismo, ¿Qué debe entenderse por aquello de que lo concreto es también "punto de partida de la percepción y la representación"?

            Resolviendo esto estaremos en condiciones de solucionar lo planteado en los interrogantes anteriores.

1.4.2. Evidentemente que cuando Marx afirma que lo concreto no es punto de partida del método (recordemos: "lo concreto es síntesis, resultado, no como punto de partida..."), lo dice en la medida en que quiere hacernos patente que el comienzo temporal del método no está en lo concreto, porque lo concreto nunca se da en la inmediatez, sino que es resultado, síntesis (recordemos: "lo concreto es concreto porque es la síntesis de muchas determinaciones...").

            Sin embargo, se dice simultáneamente que "el verdadero punto de partida es lo concreto". Pero esta afirmación no contradice la anterior; porque la autoconstitución del .método es el estar ya "instalados" en lo concreto, por tanto, donde acto de producción y producto se identifican especulativamente. Pero no como lo pensó Hegel; Marx lo señala expresamente en la "Introducción": "Hegel dio en la ilusión de concebir lo real como resultado del pensamiento que se absorbe en sí, desciende en sí, se mueve por sí”. Marx distingue una "génesis de lo concreto mismo", exterior al pensamiento, y una génesis especulativa de lo concreto, que dice, es "la manera de proceder del pensamiento para apropiarse lo concreto, para reproducirlo mentalmente [especulativamente; A.P.] como cosa concreta". 3

1.4.3. Aun subsiste un interrogante: cuando se dice que el método consiste en "elevarse de lo abstracto a lo concreto", ¿quése entiende por ese "abstracto" que funge como término desde-dónde?

            Si el punto de partida del método dialéctico es lo concreto, ¿desde dónde se origina el movimiento de autoconstitución de lo concreto? en otros términos: ¿qué es exactamente, ese "abstracto"?

            En el texto de la "Introducción" se expone la forma general del método, ciertamente en un modo por demás sintético y abreviado. Recordemos que en la edición original de la Contribución a la Crítica de la Economía Política, la "Introducción" fue suprimida. Marx nos dice en el "Pró1ogo" que decidió excluirla para "no anticipar resultados". Evidentemente que prefería una concreta exposición del método, que no fuera solamente teórica. A esta relativa poca importancia asignada a la mera exposición abstracta de la forma del método, tal vez debemos imputarle la brevedad expositiva, su densidad (que presupone la doctrina hegeliana del concepto) y las abundantes oscuridades existentes. Entre estas, la ausencia de una explícita distinción entre "punto de partida" y "comienzo" del método; el significado de ese "abstracto" como comienzo o desde-dónde del método, etc. Sin embargo, asumiendo el contexto de la "Introducción" y otros textos a que recurriremos, trataremos de desarrollar las implicaciones del propósito marxista.

1.4.4. Clarifiquemos un posible error: el "abstracto" de la frase "elevarse de lo abstracto a lo concreto", nada tiene que ver con la abstracción científica, instrumento indispensable del método. La temática de la abstracción científica la abordaremos más adelante, en el apartado sobre la mediación dialéctica. En otras palabras: de ningún modo Marx pretendió afirmar que el método consistiera en ir de los conceptos (abstractos), a la realidad (lo concreto). Este movimiento unilateral es el propio del idealismo. En la enigmática frase "elevarse de lo abstracto a lo concreto" se esconde una de las claves del método, que Marx no explicitó textualmente, pero que ciertamente se patentiza en el contexto.

            Cuando. Marx en la "Introducci6n" se refiere al método que hemos denominado "analítico-abstracto", el de los economistas del siglo XVII, ¿en qué sintetiza contextualmente su crítica?, en última instancia constata que el método "analítico-abstracto" es incapaz de superar especulativamente la indeterminación de la totalidad desde donde parte. Por eso es que el punto de llegada de ese método seguirá siendo tan indeterminado (o abstracto) como su origen. Esa es la razón de que no sea científico, porque estrictamente no ha acontecido el saber, la ciencia. No se ha dado un avance cualitativo entre la indeterminación inicial, y el "todo caótico" producto del proceso.

            El comienzo desde-dónde se origina el método, es lo abstracto, es decir, lo indeterminado. Y ¿dónde se halla, y qué es ese "abstracto"? Es la experiencia social concreta, concreta pero no-sabida, y por eso, indeterminada o abstracta. En otra palabras: es la ambigüedad concreto-abstracta de la cotidiana experiencia histórico-social.

            Esto último, que textualmente no está en la "Introducción", se desprende plenamente de su contexto. Cuando Marx se refiere a los métodos de la economía política, presupone un comienzo desde-dónde aquellos se constituyen. Y ese desde-dónde no es la nada ni la pura indeterminación. EI método, en cuanto intento de acceso al saber, a la ciencia, al concepto, a lo determinado, se mueve desde un todo ambiguo (totalidad histórico-social concreto-abstracta) hacia un todo determinado. La ciencia es ese tránsito.

            Hablamos de un "todo concreto-abstracto" como punto de arranque u origen del método. ¿En qué consiste ello? Nos referimos expresamente a la cotidiana experiencia histórico-social. Su característica primordial es la ambigüedad. 4 Tal ambigüedad radica en conjugar simultáneamente la concreción, realidad y materialidad de la existencia social, con la indeterminación de la existencia social no-sabida, o parcialmente no-sabida. O sea: en la medida en que la verdad de las estructuras de coexistencia social (y en tal medida, la consistencia de los propios sujetos) es in-transparente a la conciencia colectiva, 5 en esa misma medida el hombre social esta en-ajenado del todo que lo constituye, y en el que se sustenta; ese todo es para el -objetivamente- una abstracción. Pongamos un ejemplo: cuando un pequeñoburgués cree con natural obviedad que el Estado tiene como función la de ser "árbitro" de los intereses y necesidades de las distintas clases y grupos sociales, estando "por encima" de los mismos, ¿por qué decimos que objetivamente es alienado?, porque su expresión revela la enajenación de la conciencia de clase de la burguesía que, al desconocer objetivamente las leyes internas que rigen la existencia social, vive un mundo de ilusiones abstractas e ideológicas (como la del ejemplo que propusimos).

            En esta medida, pues, decimos que la totalidad concreta de la existencia histórico-social es, simultáneamente, abstracta, indeterminada, y lugar necesario de arranque del movimiento del método.

1.4.5. Estas breves consideraciones nos ponen en la pista de una profundización del método dialéctico, siguiendo la inicial exposición marxista. Pero para poder profundizar efectivamente nuestra investigación, tendremos que recurrir a una categoría fundamental que textual y contextualmente esta en toda la tradición dialéctica marxista; nos referimos a la categoría de totalidad. Va a ser a través de la categoría de totalidad que podremos diseñar con mayor profundidad y exactitud la forma del método. Ahora bien: de la forma del método ¿qué tenemos ganado hasta ahora, provisoriamente?, que el método se autoconstituye en un movimiento que va desde una totalidad concreto-abstracta (esto es, no-sabida parcialmente, indeterminada) hacia otra totalidad concreta (sabida, determinada), por mediación de... (esto aún no lo hemos investigado, ni incluso el propio concepto de "mediación"; todo ello será objeto de nuestro estudio más adelante).

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1.5 Profundización en la forma del método

1.5.1. La categoría de totalidad

            La importancia de esta categoría está plenamente reconocida en la tradición marxista. Lukacs afirma en 1923 que "el dominio de la categoría de totalidad es el portador del principio revolucionario en la ciencia". 6 De uso dialéctico en Hegel y Marx, la categoría de totalidad requiere, sin embargo, un cuidadoso tratamiento, a .fin de que no devenga la panacea que explica todo ¡y no soluciona nada! En favor de este cuidadoso tratamiento, comenzaremos planteando una primera diferenciación en la categoría de totalidad, que responda a dos momentos capitales que enmarcan el movimiento de autoconstitución del método: lo concreto-indeterminado o abstracto (es decir totalidad concreto-abstracta), y lo concreto-determinado (totalidad concreta). En función de ello hablaremos de la totalidad concreto-abstracta como "lugar de arranque" de la autoconstitución del método. 7 Ya anteriormente hemos señalado que esta totalidad es el "todo-concreto-vivido-no sabido", esto es, lo concreto-abstracto como ambigüedad de la cotidiana existencia histórico-social.

"Lo concreto de la experiencia no se da como una yuxtaposición caótica; en ella hay centros de referencia que se afirman más o menos claramente, y se esbozan direcciones preferidas; anteriormente a toda reflexión, nos adherimos a un todo, operamos espontáneamente clasificaciones en el campo total de nuestra experiencia. [...] El conocimiento no parte de la nada, no surge en  una perfecta ausencia de significaciones". 8

            O sea, que el comienzo del movimiento de autoconstitución del método ni es la "abstracción científica" (porque éste es un momento interno del propio método), ni la ausencia de significación, sin más. El comienzo del método está situado, y su lugar es la ambigüedad concreto-abstracto de la experiencia social. Esta experiencia no es un "caos de sensaciones", sino un todo ambiguo de significaciones y prácticas, previo a la conciencia y decisión individuales, cuyo origen deberá buscarse en la constitución misma del hecho social.

            En el horizonte de esta totalidad (concreta-indeterminada) es donde el individuo y el grupo oscuramente se autocomprenden, se relacionan entre sí y con el universo. Pero la experiencia histórico-social como totalidad es vivida inmediatamente, y será a partir de la presencia de la crítica (tanto teórica como práctica) que la ambigüedad de lo concreto-abstracto devendrá contradicción socialmente conocida, porque previamente a la crítica, las contradicciones de la existencia social -si bien son objetivas- son percibidas, en la mayoría de los casos, como parte de procesos naturales o fatales. 9

1.5.2. Del todo concreto-abstracto, al todo concreto en vías de determinación, primer momento de autoconstitución del método

            El comienzo del método en la totalidad concreto-abstracta es, de hecho, la aparición o presencia de la crítica en su primera instancia. Y ¿qué función ha de cumplir la crítica?, la inicial percepción del todo de la experiencia social-histórica como totalidad. Ello significa situar inicialmente la conciencia social ante la propia realidad como todo, percibiendo sus relaciones internas, la interdependencia de sus momentos constitutivos, la objetividad y origen histórico de sus contradicciones, y las posibles vías de resolución.

            La crítica, en primera instancia, significará el movimiento que va desde el todo concreto-abstracto, al todo concreto-sabido-en vías de determinación, porque las contradicciones sólo han sido percibidas, pero no elaboradas ni resueltas.10

            Para la efectuación de este movimiento que procede de un todo a otro todo (de lo concreto-abstracto a lo concreto-en vías de determinación) tiene lugar un primer momento analítico o proceso de investigación, que adquirirá todo su desarrollo en el segundo momento del método. Marx definía así el cometido de este momento analítico:

"La investigación debe captar con todo detalle el material, analizar sus diversas formas de desarrollo y descubrir la ligazón interna de estas".11

El todo concreto-abstracto inicial ha adquirido un primer grado de transparencia a la conciencia social, y en igual medida, un menor grado de abstracción e indeterminación. Este paso ha sido mediado por la investigación, y el método ha quedado autoconstituido en un primer grado o momento, como totalidad concreta-sabida-en vías de determinación. El movimiento hacia la autoconstitución de lo concreto -el "verdadero punto de partida"- está iniciado, y deberemos seguir su exposici6n.12

1.5.3.   La mediación dialéctica, segundo momento de autoconstitución del método.

            El de "totalidad" no es un concepto, sino una categoría. Por tanto no representa abstractamente un cierto contenido. Más bien, representa "nada". La categoría es como un espacio, pero no cuantitativo, sino cualitativo, comprensivo, donde aparecen elementos de una cierta forma, según el proyecto de ese "espacio". Cuando decimos "totalidad", ese decir no apunta a nada particular, y sin embargo está presupuesto en nuestra referenda a las cosas particulares. Es más, sin esa presuposición las cosas particulares se pulverizan en una elemental percepci6n mecánica. Una mano, un rostro, el cabello, etc. son este hombre concreto, porque esta presupuesta la experiencia del todo de la humanidad del hombre.13

            Esquema del movimiento del método que hemos expuesto:

            Con esto queremos concluir lo siguiente: que el todo (la actualidad de su proyecto), siempre necesariamente esta mediatizado en las partes. No hay experiencia del todo sino en y por sus elementos; y a la vez, la experiencia de las partes se funda en la percepción del todo. La verdad está en ambas afirmaciones, a la vez, dialécticamente.

"[...] las relaciones que se instauran entre las partes de un todo dialéctico no son jamás directas e inmediatas: pasan por un tercer término, que es el todo. Por consiguiente, existe siempre, entre las partes, un elemento común que hace que las unas invadan a las otras y que todas las posibles relaciones entre ellas estén fundamentadas sobre esta complementariedad que une las partes al todo".14

Ahora bien:

"Ya sabemos que un todo dialéctico no es tan só1o la suma de elementos yuxtapuestos; no se da después de estos, sino antes; no se le puede considerar como el resultado de su adición, sino que hay que concebirlo más bien como una especie de preexistencia del todo que le permite mediatizar sus partes".15

            El método dialéctico debe -en cierta instancia de su autoconstitución- enfrentar el análisis de los momentos del todo; en forma estricta: mediar dialécticamente esos momentos o partes. Analizar las partes en función del todo, y al todo en su estructuración particularizada. Esta es la significación más general de la mediación dialéctica. Claro que tal significación es mucho más compleja, y nos llevará gran parte del análisis.

            Habérselas con las partes no significa haber hallado aún lo concreto, porque lo concreto es la actualidad (especulativa) del todo, esto es, la estructuración de múltiples partes en el horizonte de la totalidad. Las partes son mediatizaciones del todo, y la mediación dialéctica nos permitirá movernos progresivamente en el todo, pero a través de las partes.

"El pensamiento dialéctico va de lo concreto a lo concreto, pasando por lo abstracto; de la síntesis a la síntesis, pasando por el análisis de las determinaciones; del todo global al todo global, pasando por los todos parciales".16

            El análisis de las partes o "todo parcial", como le denomina Jolif, nos enfrenta a la inmediatez del todo, punto estratégico de todo posible proceso de desestructuración-reestructuración del todo. En efecto: es en la relación de las partes entre sí, y de éstas con el todo, donde -y únicamente donde- tenemos un concreto acceso al todo, esto es, donde tenemos la posibilidad de análisis del todo. El análisis de la inmediatez del todo es el estudio de las relaciones entre las partes, esto es, el estudio de las contradicciones.

1.5.4. El sistema de las contradicciones es por demás complejo. Reducir la contradicción a autoexclusión o guerra, es sin más, una simplificación injustificable. Tan injustificable como el mero desconocimiento de la contradicción.

            Sartre hace una aguda observación referida al estalinismo o "formalismo marxista", que toca muy de cerca este despropósito relativo a la contradicción (ya sea su simple desconocimiento, o, como en este caso, su reducción a una simple autoexclusión o peor, su supresión); dice así:

"El método se identifica con el Terror por su inflexible negativa a diferenciar, su fin es la asimilación total con el menor esfuerzo. No se trata de realizar la integración de lo diverso como tal, manteniendo su autonomía relativa, sino de suprimirlo; de esta manera el movimiento perpetuo hacia la identificación refleja la práctica unificadora de los burócratas. Las determinaciones es-pecíficas despiertan en la teoría las mismas sospechas que las personas en la realidad". 17

            A través del estudio de las contradicciones pretendemos, en primer lugar, lo que Sartre llama situar 18 (la diferencia en la totalidad). Este "situar" será simultáneamente el estudio de las contradicciones, que nos llevará a continuación a investigar el problema de la negatividad o capacidad de resolución o superación de las contradicciones. Seguiremos, pues, esta linea de trabajo.

1.5.5. ¿Qué es una contradicción?

            En primer lugar tendríamos que decir que es la oposición que se instaura entre la facticidad -como todo clauso y definitorio- y las potencialidades histórico-evolutivas debidas, que integran ese todo. Así, tanto es una contradicción, en términos genéricos, negarle agua y sol a una planta, como iniciativa al alumno, como autonomía a una organización sindical, etc. Aquí tenemos contradicciones cualitativamente diferentes, ya por su contenido como por las vías de su resolución. Pero el denominador formal común es el que en un ámbito se haya instaurado un ordenamiento que niega la historización debida de elementos del mismo, oponiendo a ambas fuerzas. Decimos que este es el esquema genérico de la contradicción, porque a renglón seguido debemos investigar las distintas formas que adopta la oposición como tal; ello nos dará distintos tipos de contradicciones, y por tanto, diversas vías de su resolución.

            Si la contradicción es la "ley que preside todo desarrollo", su naturaleza ha de ser por demás compleja, y de ningún modo podrá reducirse al unívoco concepto de mutua exclusión (A y no-A).

            Mao-Tse-tung diferencia dos tipos fundamentales de contradicciones: las contradicciones antagónicas y las no-antagónicas 19 Su naturaleza diferente proviene del elemento "antagonismo" presente en uno de los tipos. Mao "define" el antagonismo diciendo:

"[...] la solución de la vieja contradicción y el nacimiento de una nueva cosa se producen, finalmente, bajo la forma de conflicto abierto". 20

            Esto último, evidentemente, porque la naturaleza de la oposición incluye la "mutua negación" como necesaria exclusión de una de las partes. El autor nos aclara que estas oposiciones no son mecánicas ni sustancialistas: vale decir, que el curso histórico-social puede llevar, por ejemplo, a que una contradicción no antagónica devenga antagónica, y viceversa. El análisis político de coyuntura es el que puede dictar formalmente el contenido y forma de cada contradicción.

1.5.6. Mao hace una nueva diferenciación de valioso significado: distingue entre contradicción  principal y secundarias; y aspecto principal de la contradicción y aspectos secundarios. Así define la contradicción principal:

"En el proceso de desarrollo de una cosa compleja hay muchas contradicciones y, de ellas, una es necesariamente la principal, cuya existencia y desarrollo determina o influye en la existencia o desarrollo de las demás contradicciones". 21

                 Y al aspecto principal de la contradicción lo define en estos términos:

"En toda contradicción, el desarrollo de los aspectos contradictorios es desigual [...]: de los aspectos contradictorios, uno ha de ser el principal, y otro el secundario. El aspecto principal es el que desempeña el papel dirigente en la contradicción. La naturaleza de una cosa es determinada fundamentalmente por el aspecto principal de su contradicción, aspecto que ocupa la posición predominante”. 22

En un esquema simplificado, así sería la propuesta de Mao:

            Esto nos muestra la complejidad del sistema de las contradicciones 23, y consecuentemente, la complejidad de su resolución.  Mao dice: “Contradicciones cualitativamente diferentes sólo pueden resolverse por métodos cualitativamente diferentes". 24 Esta frase es indicativa de toda la problemática del método al enfrentarse con el análisis de las partes dentro del todo. Tal problemática esta señalada por Sartre cuando se interroga: “¿qué es situar (dialécticamente)?". 25

La respuesta indicativa -todo un programa- dice:

"El progreso [teórico] consiste en aclarar las estructuras más profundas por la originalidad del hecho encarado, para poder luego determinar esta originalidad por las estructuras fundamentales". 26

            Vale decir, que la especificidad de este momento de autoconstitución del método no consiste ni en la determinación a priori de lo particular por la imposición de los esquemas de la estructura del todo; ni en la determinación de un particular en-sí, que después sería imposible integrar al todo. La propuesta de Sartre, en la medida que es dialéctica, implica un movimiento progresivo de codeterminación, que va clarificando la singularidad y novedad de la parte, a la luz de la significación del todo; y el significado del todo en la estructura inédita de la parte.

            "Situar", pues, es la investigación de los momentos particulares del todo, con el doble propósito de captar su especificidad en el todo, y la totalidad en su articulación particular, mediatizada. "Situar" es habérselas con la consistencia contradictoria de las partes, esto es, la investigación de las contradicciones y su resolución, para que el método se cumpla en su autoconstitución hacia-lo-concreto.

            La historia humana, a diferencia de la evolución de las especies naturales, no tiene una predeterminación de su curso, como un tipo de "memoria" de la especie que debe inexorablemente realizarse en los individuos. El progreso histórico es, en gran medida, imprevisible e impredecible. Permanentemente su avance se ve bloqueado. El desarrollo del todo humano no es de ninguna manera no conflictiva; al contrario: permanentemente el conflicto revela las tensiones internas, la equivocidad de los "tanteos" históricos, la oposición de las fuerzas inmanentes, la ambigüedad del proyecto humano, Só1o la intervenci6n "práctico-crítica" de los hombres puede hacer de la contradicción y del conflicto, su superación, su resolución.

            El pensar dialéctico, al penetrar objetivamente la realidad, asume esta historia, no la historia natural de una especie. Ello exige por tanto, la negación lisa y llana de "leyes a priori" de la dialéctica. 27 Implica, por tanto, el siempre novedoso acogimiento de la especifi-cidad del hecho particular (y hablar de "especificidad" no quiere decir "el en-sí de un particular"), su no disolución en el formalismo a priori de esquemas preestablecidos.

            Finalmente, entonces, la investigación de las partes es el estudio de su especificidad, de su consistencia contradictoria del tipo y grado de contradicción, y de las vías de resolución. 28

1.5.7. La mediaci6n dialéctica como resolución de las contradicciones

            El segundo  momento  de  autoconstitución  del  método, que estamos analizando, desemboca en la mediación dialéctica como superación o resolución de las contradicciones. Las exigencias del análisis anterior, que llamábamos con la fórmula sartreana de situar, nos deben haber aproximado -como anteriormente dijimos- a dos cuestiones primordiales: 1. determinación de la especificidad de las partes, y 2. consistencia contradictoria de las mismas; esto es: tipo y grado de contradicción, y vías de su resolución.

            Habiendo logrado así, la posesión de la "interioridad" situada de las partes, procede su resolución dialéctica. ¿En qué consiste ésta?

            Aproximémonos a una respuesta, partiendo de un enunciado casi descriptivo, para posteriormente profundizar en su significado:

La mediación dialéctica consiste en la desestructuración-retotalización de los todos-parciales (partes), "bloqueados" en las contradicciones, a partir de la capacidad negativa emergente de: una crítica al todo vigente como sistema, y del proyecto de un sistema futuro.

            El método, al "situar" la especificidad de lo particular, hemos dicho que alcanza la consistencia contradictoria de la parte; es decir, alcanza la tensión de la contradicción como constitución básica o consistencia del todo-parcial. "Mediar dialécticamente" significará resolver esa tensión, en el sentido de liberar los gérmenes o fuerzas históricas latentes, "bloqueados" en la contradicción. "Bloqueados'' por fuerzas o tensiones emergentes del proyecto del todo vigente como clauso y definitivo; fuerzas y tensiones cuya real existencia no anida sino en el seno de los momentos particulares del todo.

Lefebvre define así este movimiento:

"Profundizar, las tesis, agudizar sus diferencias [...] dar toda su fuerza a la confrontación, profundizarla hasta la contradicción -hasta descubrir la raíz de la contradicción-, de tal suerte que entonces las tesis (los opuestos) `pasando la una a la otra´ en lugar de permanecer externas y opuestas desde fuera, descubran su contenido en el movimiento que las atraviesa y se superen en ese movimiento". 29

            Este proceso de percibir la contradicción y madurarla, o sea, desarrollar su lógica, en el sentido de permitir la eclosión y manifestación de las fuerzas históricas latentes, más allá de la "mecanicidad" de la oposición, 30 es lo que llamamos "desestructuración-reto-talización" del todo-parcial. 31 "Desestructurar", o sea, negar un ordenamiento dado (que en cuanto contradictorio, bloquea las fuerzas históricas inmanentes), y simultáneamente, "retotalización" en un nuevo ordenamiento que implique la apertura de instancias de desarrollo e historización.

            Debemos desechar la imagen mecanicista de la desestructuración-retotalización como un proceso de "apartar" un obstáculo a ciertas fuerzas históricas, a fin de que se desarrollen. La naturaleza de la contradicción como constitución básica de los todos-parciales es infinitamente más compleja. No se trata de remover o suprimir obstáculos (aunque ello puede o deba darse), sino de redefinir la consistencia del todo-parcial, de madurar las tensiones históricas inmanentes, de asumir "totalizantemente" los elementos integrables en un nuevo ordenamiento.

1.5.8. La negatividad es la capacidad de superación de las contradicciones, la capacidad de disolver la identificación inmediata entre pensamiento (como capacidad especulativa de negación) y realidad-dada, según afirma Marcase. 32 Es la capacidad de establecer renova-damente la esencial tensión entre ser-ya (facticidad vigente) y poder-ser (exterioridad del futuro). De este modo queda reconocido y afirmado el estatuto del hombre como agente histórico, "cuya identidad se constituye en y contra su práctica histórica, en y contra su realidad social". 33

            Al negar la inmediatez de la totalidad clausa vigente, la negatividad relanza el proceso histórico, pero no hacia la nada ni a lo irrealizable- La negatividad dialéctica es simultáneamente destotalización de un orden dado, y retotalización de uno nuevo. Vale decir: en un único y mismo movimiento crítica el orden vigente y postula uno nuevo, relanzando el proceso hacia su consecución. Critica porque postula, y a la inversa, postula porque critica.

            Esto último nos lleva a investigar el desde-dónde se origina la crítica que es la negatividad.

            Anteriormente hemos dicho que la capacidad negativa emerge de una crítica al todo vigente como totalidad clausa, y del proyecto de un sistema futuro. Aclaremos que no se trata de dos instancias separables o diferentes., Son dos aspectos complementarios de una misma realidad: la negatividad. Por un lado, la crítica se vehiculiza efectivamente en la asunción de las fuerzas hist6ricas latentes en cada contradicci6n; de tal modo que el todo vigente es denunciado desde la inmanencia de su estructuración, a partir de las tensiones históricas que pugnan por ir más allá del mismo. Por otro lado -pero como otro aspecto de un mismo movimiento- el todo vigente es criticado a partir de un proyecto futuro 34 que aún no es.

            Entre ese proyecto futuro y las fuerzas históricas inmanentes en las contradicciones existe una esencial relación: es la relación -salvando la imagen de tipo evolutivo- que existe entre lo embrionario y lo maduro. El nuevo proyecto aún no es. Y si decimos que "está en el futuro", no lo pensamos en alguna especialidad utópica o universo platónico. Su única efectiva realidad reside en la latencia de signos y fuerzas actuales que, siendo solamente embrionarios, prefiguran su plenitud. Sartre habla así del proyecto futuro:

"Definimos de esta manera una doble relación simultánea; en relación con lo dado, la praxis es negatividad: pero se trata siempre de la negación de una negación; en relación con el objeto que se quiere alcanzar, es positividad, pero esta positividad desemboca en lo 'no-existente', en lo que nunca ha sido aún". 35

            En este sentido debemos afirmar que el pensamiento dialéctico puede ponerse en movimiento cuando la negatividad del proyecto futuro ha comenzado a "invadir" el todo vigente, y denunciar sus contradicciones. Y a la vez afirmaremos que esa "invasión" es real y eficaz solamente en la paulatina resolución de las contradicciones actuales.

            Aquí se hace patente el carácter histórico de la negatividad (específico de la dialéctica marxista) que se sitúa más allá del carácter especulativo de la dialéctica hegeliana, donde la "conciencia del Otro [...] es el ser-otro de la conciencia"; 36 luego, donde la historicidad del proyecto futuro es, en última instancia, una ficción. Al respecto, Marcuse afirma que "la negatividad de la realidad se convierte en una condición histórica que no puede ser hipostasiada como situación metafísica", 37 como ocurre en Hegel, en quien la razón es la forma de lo real, y por ello, la historicidad una ficción, como dijimos.

1.5.9 Este complejo carácter de la negatividad que consiste en provenir del futuro, pero formularse en el presente, y sólo en él; implicar un salto cualitativo, pero someterse a las exigencias de los procesos de maduración, etc., lo desarrolla Lukacs 38 en textos de notable lucidez. Refiriéndose al crecimiento de la conciencia del proletariado, hace ver cómo la superación revolucionaria no puede ser sino un salto cualitativo (en relación al estado actual), pero simultáneamente, só1o posible como proceso actual, largo y doloroso, de maduración:

"Este salto, por supuesto, no es un acto instantáneo que realizara como el rayo y sin transiciones la mayor transformación de la historia humana conocida. Pero todavía menos, es según el esquema de la evolución ya recorrida, una mera mutación de lentas y paulatinas modificaciones cuantitativas en cualidad [...] El salto es más bien un proceso largo y duro. Pero su carácter de salto se manifiesta en el hecho de que cada vez representa una reorientación hacia algo cualitativamente nuevo; que en él se expresa la intención consciente que se orienta al todo de la sociedad; que el salto mismo, pues, por lo que hace a su intención y a su fundamento, tiene ya su patria en el reino de la libertad. En lo demás se adapta, en cuanto a la forma y a contenido, al lento proceso de transformación de la sociedad; es más: sólo puede preservar su carácter de salto de un modo auténtico si se asume totalmente en ese proceso, si no es más que el sentido consciente de cada momento, su relación ya consciente con el todo, la aceleración consciente en el sentido necesario del proceso. Una aceleración que se anticipa al proceso en un paso; que no pretende imponerles metas ajenas ni utopías artesanales, sino que interviene sólo para revelar la meta que late en él [...]."

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1.6 Totalidad concreta-determinada-crítica, tercer momento de autoconstitución del método

1.6.1. La autoconstitución del método se cumple cada vez que acontece el acceso a lo concreto; pero no se trata ahora del concreto indeterminado (o abstracto), que es el necesario punto de arranque del método (que analizamos en el "primer momento de. autoconstitución del método), sino el concreto que Marx en la "Introducción" llama "el verdadero punto de partida"; o sea, el todo concreto-de-terminado.

            Llegamos así, a esta aparente paradoja: el punto de partida del método (el todo concreto-determinado) es su punto He llegada (esto es: el acceso al todo concreto-determinado). Decimos que se trata de una aparente paradoja, porque en realidad debemos entender el método como un proceso hacia su autoconstitución, donde punto de partida y acceso son una sola y misma realidad, esto es, la totalidad concreta-determinada; totalidad que nunca se hará patente antes de la autoconstitución del método, ni después, sino en la misma. Especulativamente, el todo concreto determinado es el método autoconstituido, y por eso, punto de partida y de acceso se identifican. 39

            Hemos dicho "especulativamente"; y ello porque estamos exponiendo el método dialéctico del pensar, y no la dialéctica histórico-social (en cuyo interior se articula, como momento, la dialéctica del pensar).

            Estamos pues, situados en la totalidad concreta-determinada, punto de partida y de acceso de la autoconstitución del método. ¿Y qué es esta totalidad? Lukács responde:

"Esta totalidad concreta no está en modo alguno inmediatamente dada al pensamiento. [...] El conocimiento de los hechos no es posible como conocimiento de la realidadmás que en ese contexto que articula los hechos individuales de la vida social en una totalidad como momentos del desarrollo social". 40

Y L. Goldmann también afirma:

"[...] el conocimiento de los hechos empíricos continuará siendo abstracto y superficial mientras no se haya concretado por su integración al conjunto, única cosa que permite superar el fenómeno parcial y abstracto, para llegar a su esencia concreta [.-.]". 41

            La "esencia concreta" de la realidad, o totalidad concreta-determinada, no es ni el todo empírico en-sí, y sus posibles interconexiones ni el proceso unilateral de una razón Paradigmática, cuya misión fuera iluminar e informar (es decir, "dar forma") al todo caótico de la experiencia. Al contrario, se trata de un proceso, en cuyo desarrollo se articulan y autoprofundizan permanentemente el dato de la experiencia y la razón.

            Llegar al verdadero conocimiento de la realidad: "el todo en su rica complejidad de determinaciones", implica un proceso en el cual, partiendo de la ambigüedad inicial de la experiencia vivida (todo-concreto-abstracto), percibimos sus contradicciones (todo-concreto en vías-de-determinación), resolvemos en nuevas síntesis esa su consistencia contradictoria (mediación dialéctica), y alcanzamos la unidad sintética de lo múltiple reintegrado, en la forma de la totalidad concreta-determinada. 

            El todo es, el mismo, y su propio proceso de autoconstitución. Así, podemos señalar con mayor precisión su "esencia concreta". Esta no consiste en una imagen formal o concepto sino en una realidad rica, compleja, dinámica, y que no es só1o el resultado de un proceso, sino que integra simultáneamente -tal como hemos afirmado- el propio proceso de su efectuación.

1.6.1. La totalidad concreta-determinada es crítica,  tal  como lo enunciamos en el título del parágrafo que nos ocupa.  "Crítica" significa que es la superación de su punto de arranque (el todo- concreto-abstracto). Superación, claro está, especulativa, que es lo que el método, en cuanto método del pensar, puede proponerse. Esto, evidentemente, no es el límite de la dialéctica, pues ésta, como dialéctica histórico-social significa la superación efectiva y real (histórico-social) de las contradicciones, y la posibilidad concreta de nuevas totalizaciones históricas. Como ya hemos visto, el método dialéctico del pensar adquiere -dialécticamente- toda su significación y eficacia histórico-social, como mediación orgánica en el proceso dialéctico de la historia y la sociedad. 42

1.6.2. Esquema lógico (y por tanto, "lineal", y entonces, meramente aproximativo) del automovimiento del método. Una graficación correcta debería expresarlo en un movimiento circular de ascensión en espiral.

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NOTAS:

1.  Hemos citado la edición de Cultura Popular, UNAM, México, 1974, quinta edición, págs. 257 a 259. En la Antología reproducimos el texto completo sin las presentes modificaciones.

2.  Es importante advertir que "investigación" y "exposición" difieren en su punto de partida. La "exposición" supone los resultados de la investigación, y no a la viceversa. Pero ambos movimientos son procesos internos al único movimiento metódico dialéctico. Véase para ello: Kosic, K., Dialéctica de lo concreto, Grijalbo, México, 1976, págs. 50 a 52; también: Zeleny, J., La estructura lógica de El Capital, Grijalbo, México, 1976.

3.  Ahora bien: cuando Marx afirma que lo concreto es punto de partida de la percepción y representación, el término "concreto" está tornado en otra significación; se refiere al comienzo temporal del método (y no a su punto de partida), que radica en una forma de concreto que mas adelante denominaremos el "todo-concreto-abstracto", objeto del saber de la experiencia cotidiano-ideológica (la inmediatez); a ello le denomina Marx "conocimiento perceptivo y representativo". Volveremos sobre ello más adelante. Véase Constantinov, F.V.,"Fundamentos de filosofía marxista, Grijalbo, México, págs. 313 a 319.

                Para clarificar el doble nivel en que Marx, en este texto, usa las expresiones "concreto" y "punto de partida", exponemos una breve síntesis a continuación:

LO CONCRETO:

1. Es punto de partida.
2. Es síntesis, resultado.(no punto de partida").
3. Es el verdadero punto de partida.
4. Es el punto de partida de la percepción y la representación.

                En I y 4,"concreto" es sinónimo de inmediatez, y se identifica con el comienzo temporal o cronológico   del método (su "desde-dónde" se inicia.

                En 2 y 3, “'concreto" está tornado en el sentido del todo-concreto que se "gana" en el proceso dialéctico (o sea, lo ganado más allá de la inmediatez).

                Conclusión: se debe diferenciar, por tanto, el comienzo cronológico del método (que es la inmediatez, o lo abstracto, o como se le dice en el texto: la "percepción y la representación"), del punto de partida del método (que es el todo-concreto-determinado, que se identifica con !a efectuación del método).

                De acuerdo a lo dicho, "punto de partida" tiene también una doble significación: en 1 y 4 se identifica con comienzo cronológico o desde-dónde se origina el método (que es la inmediatez o abstracto; recuérdese lo que dice el texto: "el método consiste en ascender de lo abstracto a lo concreto")- En 2 y 3 se identifica con la efectuación del método; desde este punto de vista, "punto de partida" y "realización" del método se identifican.

4.  K. Kosik, en su importante trabajo Dialéctica de lo concreto, Grijalbo, México, 1976, llama “el mundo de la pseudoconcreción” a nuestro “todo concreto-abstracto”, y dice así: “El mundo de la pseudoconcreción es un claroscuro de verdad y engaño.  Su elemento propio es el doble sentido”. Véase pág. 27.

5.  Dejamos de lado la explicitación de las causas sociales de esa intransparencia de las estructuras a la conciencia social.

6. Véase Historia y Consciencia de Clase,  Grijalbo, México,   1969,  pág.  30. El autor, en la página 29 dice: "Lo que diferencia decisivamente al marxismo de la ciencia burguesa no es la tesis de un predominio de los motivos económicos en la explicación de la historia, sino el punto de vista de la totalidad".

7. El desarrollo del contenido de la totalidad concreta, lo expondremos más adelante, al referirnos al tercer momento de la autoconstitución del método, o sea, la totalidad concreta-determinada ("sabida y critica"), como verdadero punto de partida del método.

8.  Cfr. Jolif, J.Y., Comprender al Hombre, Sígueme, Salamanca 1969, pág. 245. De la exposición del autor sobre la dialéctica, somos especialmente deudores, y en ella hemos visto una de las exposiciones teóricas más ricas, aunque incompletas.

9.  Aquí debería establecerse el rol de las clases dominantes en la generación de procesos ideológicos de ocultamiento.

10. Es evidente que la resolución real de las contradicciones sólo se operará en e! campo de praxis histórico-social. Al hablar aquí de "resolución" tenemos en cuenta dos aspectos: a) que la dialéctica del pensar cs mediación de la praxis, y por tanto, "co-responsable" de la resolución real de las contradicciones; y b) el método dialéctico del pensar puede acceder a una resolución especulativa de las contradicciones, en la forma de un proyecto crítico de nueva sociedad; pero todo su significado lo adquiere, en la historia y la sociedad, como mediación de la praxis, como hemos dicho.

11. Véase la "Advertencia" a la segunda edición alemana de El Capital, en Marx-Engels, Obras escogidas, Progreso, Moscú, 1973. En la misma "Advertencia", Marx transcribe un comentario a su método (el expuesto en "Capital"), que el expresamente aprueba, y donde el crítico I, Kaufman, en el Véstnik Europy dice así: "Para Marx sólo hay una cosa importante; descubrir la ley que rige los fenómenos de cuya investigacion se ocupa [...]"

12. Al final del capítulo presentaremos un esquema de todo el movimiento del método.

13. "En cierto sentido, lo individual {lo singular) es lo inmediato y lo real. Yo no puedo llegar a la 'especie humana' más que 'por abstracción' ; nunca se encuentra en la calle al 'hombre en general' [„.]. Pero en otro sentido, lo singular (lo individual) no existe sino por la especie; es 'planteado' por ella y la supone. La especie es su condición, su razón de ser, su esencia, el momento esencial de su determinación. Y él no le añade sino rasgos secundarios". Véase Lefebvre, H., Lógica formal, lógica dialéctica, Siglo XXI, México, 1976, págs. 259 y 260. K. Kosic, en su obra Dialéctica de lo concreto, ed. cit. pagina 31, hablando de la necesaria suposición del todo en la experiencia cotidiana, afirma: "El 'horizonte' —oscuramente intuido de una 'realidad indeterminada' como todo, constituye el fondo inevitable de cada acción y cada pensamiento, aunque resulte inconciente para la conciencia ingenua". Y más adelante en la página 43, dice: ”¿Cómo percibe el hombre los objetos singulares? ¿Cómo únicos y absolutamente aislados? Los percibe siempre en el horizonte de un todo que, en la mayoría de los casos no se expresa ni se capta explícitamente [..:], este todo [...] es la luz que ilumina y revela el objeto singular [...]".

14. Jolif, J.Y.,op cit., pag. 260.

15 Ib., pag. 259.

16.Ib., pág. 252. Este texto de Jolif debería precisarse, añadiendo que el paso de un todo a otro, implica un cambio cualitativo. Así, tal como expusimos, el paso del todo concreto-abstracto, al todo concreto-en vías de determinación. 

17. Véase Critica de la razón dialéctica, Losada, Buenos Aires, 1970,t. 1 pág. 47.

18. Ib., caps, I y II.

19. Véase "Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo", en Cuatro tesis filosóficas, Ediciones en lenguas extranjeras, Pekín, 1966, página 87.

20.  Véase: "Sobre la contradicción", en Obras escogidas, Ediciones en lenguas extranjeras, Pekín, 1971,t.1. págs. 366 y367. En la página 368 afirma: "Lenin dijo: 'el antagonismo y la contradicción no son en absoluto una y la misma cosa […]'. Esto significa que el antagonismo es una forma, pero no la única, de la lucha de los contrarios; no se puede aplicar esta forma (la del antagonismo) de manera mecánica y "en todas partes".

21. Ib., pág. 353.

22. Ib., pág. 344.

23. Lefevbre, en op. cit., pág. 266, hace una diferenciación dentro del concepto de contradicción, distinguiendo opuestos, contrarios y contradictorios. Ahora bien, creemos que el esquema de Mao es más completo, en la medida en que “clasifica” la contradicción según el grado y tipo de oposición (y no solamente el grado, como en la propuesta de Lefebvre).

24. Ib., pág. 344.

25. Op. cit., pág. 38.

26. Ib., pág. 49.

27. Lefevbre, en Op. cit., pág. 298, transcribe un sugestivo párrafo de la Enciclopedia Soviética, T. XXII, de su artículo "Materialismo dialéctico", que dice lo siguiente: "Nunca un principio dialéctico puede ser convertido en un esquema abstracto a partir del cual se podría deducir la respuesta a una cuestión concreta, utilizando medios puramente lógicos".

28. El aporte tal vez decisivo, de la Crítica de la razón dialéctica, creemos que consiste en el esfuerzo de aprehensión de lo singular y específico. Sartre efectúa una síntesis interesantísima, donde las ciencias particulares hallan un lugar, en el seno de una arquitectura dialéctica, es decir, metódica. Véase el tema de "la mediación de las disciplinas particulares", para ubicar, determinar y diferenciar (es decir, para situar) la singularidad y la especificidad de las partes, en el horizonte del todo.

29. Op. cit:, pág. 269. El paréntesis es nuestro  (N. del A.).

30. “Mecanicidad" que implicaría la desaparición de los opuestos, o de uno de ellos. En tal caso, habría una "superación mecánica" no dialéctica.

31. Véase la interpretaci6n que Louis Althusser hace de esta problemática interpretando a Mao Tse-tung ("Sobre la contradicción"), en aquello de "desmembrar la unidad existente", en La revolución teórica de Marx, Siglo XXI, Buenos Aires, 1973, pág. 175. Althusser tiene una muy personal interpretación de la dialéctica (y a la vez muy problemática) que trataremos brevemente en la Antología comentada de este libro.

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